#14. Deberes

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Hoy toca hablar de Michael Phelps.

Como sabéis, el nadador americano ha vuelto a ganar una medalla en los juegos olimpicos de Rio, y ya son 25, de las cuales 21 son de oro, en el total de su carrera. Seguramente, para cuando leáis esto, habrá ganado alguna más.

Pero hoy no venimos a hablar de las medallas de Phelps. De lo que quiero hablaros es de su espalda.

Bienvenidos al decimocuarto capítulo de 15 días en la Wellcome Library. ¡Empezamos!

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Si habéis estado atentos a las noticias, habéis visto como la espalda de Phelps ha cobrado un protagonismo inesperado en la cobertura de los juegos. ¿La causa? Unas misteriosas manchas redondeadas, parecidas a moratones, que se podían ver en su espalda, hombros… Pronto nos hemos enterado de que no es sólo él el que tiene estas manchas, también otros compañeros y compañeras de la representación estadounidense llevan el cuerpo cubierto de cardenales.

Sabiendo que estas cositas nos gustan,  los medios pronto han descubierto el por qué de estos círculos misteriosos: la ventosaterapia.

Pero el caso, es que a nosotros, historiadores de la medicina, esto no nos sorprende, ¿verdad que no? El uso de ventosas como terapia está documentado desde el antiguo egipto, y tenemos ventosas de bronce griegas fechadas entre el año 400 y el año 100 antes de Cristo, o de cristal romanas fechadas entre el 251 y el 450 después de Cristo. Y se han venido usando, como elemento habitual de la práctica médica hasta principios del siglo XX.

La pregunta que deberíamos hacernos, entonces, es: ¿por qué no hay ningún historiador de la medicina explicando esto? ¿Por qué ningún periodista ha pensado que estaría bien llamar a nuestras facultades para preguntar si alguien sabe algo de esto? ¿Por qué la que explica a los espectadores de Telecinco qué es la ventosaterapia (identificándola con una terapia china, cuando sabemos que es mucho más que eso) es alguien que no sabemos muy bien qué es, pero que desde luego no es historiadora de la medicina?

Una búsqueda rápida en la red nos permite concluir provisionalmente que hemos perdido una excelente oportunidad para contar en los medios un trozo de la historia de la medicina. Explicar para qué se usaba esta técnica, por qué se abandonó. Hablar de otras técnicas similares, como la moxibustión o la aplicación de cantáridas. En definitiva, contarles cosas que investigamos, cosas que les pueden interesar y que, nuevamente, no son exclusivas de la medicina china.

En el capítulo anterior hablabamos de cómo el Wellcome Trust cerraba una puerta, pero nos abría otra. El problema es que para poder entrar por esa puerta nos ponía deberes. Usando ese término tan en boga actualmente (y que no me gusta del todo) teníamos que adquirir “nuevas habilidades”.

En realidad muchas de estas no son tan nuevas: hablar en público, por ejemplo. Otras, sin embargo, sí eran más complicadas para muchos de nosotros. La podemos resumir en una palabra: comunicar.

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Tom Holland, presentador de Making History, BBC 4.

En la BBC son muy conscientes de ambas cosas, tanto de que el público quiere escuchar nuestras historias como de que no tenemos la formación necesaria para hacérselas llegar de forma amena. Es por lo primero que mantiene (un ejemplo entre mil) en BBC Radio4 su programa Making History, presentado por Tom Holland, en el que se tratan temas de actualidad desde su perspectiva histórica: en uno de sus últimos episodios, se iban a la frontera con Irlanda para ver qué podía significar el Brexit para los habitantes de Irlanda del Norte. Y tengamos en cuenta que BBC Radio 4 es la segunda cadena más escuchada del Reino Unido, donde no se retransmiten deportes y con apenas programación musical.

Y es también por eso que convocan, y ya son 8 años, el programa New Generation Thinkers, un programa por el que seleccionan a 10 jóvenes académicos cada año para formarlos en cómo comunicar su investigación de forma accesible, atractiva y cautivadora. Cómo escribir un guión de radio, cómo hacer documentales de televisión, como narrar historias…

Los resultados del programa (hecho en colaboración con el Arts and Humanities Research Council) son espectaculares.

Claro que la respuesta fácil (y verídica) a todo esto es: aquí no hay una BBC (y, sin embargo, se han hecho cosas). Pero esto nos lleva por otros derroteros, relacionados con la política, que no nos interesan.

Lo que debemos hacer como historiadorxs no es preguntarnos por la existencia de una cadena pública de calidad en nuestro país (dejemos eso a nuestro yo ciudadanx). Lo que debemos hacer es preguntarnos por qué hemos dejado que los medios puedan hablar de la espalda de Phelps sin nosotros. En qué momento perdimos nuestro espacio en la esfera pública y cómo podemos recuperarlo.

Porque, y esa es la tarea que nos pone el Wellcome Trust, debemos ocupar el espacio público. Si queremos ese futuro que nos ofrece, debemos pelear por sostener nuestra capacidad para resolver/explicar/informar sobre problemas de relevancia social.

Hasta aquí, el penúltimo episodio de 15 días en la Wellcome Library.

Me despido con una la imágen recogida de una noticia de BBC News sobre la espalda de Phelps.

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Música: Opus 04, Dexter Britain /The Fresh Monday, Dexter Britain

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